domingo, 22 de marzo de 2015

Patatas guisadas con alcachofas

Hoy he hecho patatas guisadas con alcachofas, para acabar las que abrí en la receta anterior. 

Es muy sencilla, necesitamos patatas (he usado 5 pequeñas), caldo (o agua y cubitos), alcachofas, laurel, ajo en polvo y tomate frito.

En una cazuela voy poniendo las patatas, cortadas en trozos. Para estofarlas hay que cortarlas rompiendo el final.  Cortas con el cuchillo y arrancas. Así el caldo se espesa más.

Cubro las patatas con agua, sólo hasta que cubra. Luego echo los cubitos de caldo de verdura, una cucharada de tomate frito, ajo en polvo y una hoja de laurel. Subo el fuego hasta que hierva y lo bajo a fuego lento. Dejo cocer unos minutos, remuevo para mezclar bien, y pruebo el caldo. Rectifico de sabor, añado las alcachofas y ya dejo cocer hasta que la patata esté blanda y el caldo espeso. Tarda una media hora. Al quitarlo del fuego le echo un poco de almendra molida para espesar un poco más y dar un toque suave.

Y ya está. Para servirlo, bien caliente en plato hondo, y se puede espolvorear un poco más de almendra molida por encima. Yo lo tomo como plato único, y me ha dado para 2 raciones grandes.

¿Bien?




jueves, 19 de marzo de 2015

Arroz caldoso con guisantes y alcachofas

Hoy toca plato único de cuchara, y es que a la primavera ni se la ve ni se la espera, como predijo la marmota Phil, y apetece comer calentito. 

Me hace falta: arroz, cubitos de caldo vegetal y de pollo, colorante alimentario y guisantes congelados. También nos sirve el caldo de brik (pongo el brik entero). Hoy le voy a poner corazones de alcachofas (de bote).

En una cazuela pongo 4 vasos de agua a hervir (un litro) y le echo 1 cubito de caldo de pollo y otro de verduras. Luego echo los guisantes, la cantidad al gusto. Y Añado un poco de colorante porque me gusta el caldo bastante amarillo. ¡Creo que es cosa de valencianos! 

Ahora que ya tengo el caldo en marcha, lo pruebo para ver si le falta sal o sabor. Si le falta, añado otro cubito o un poco de sal.

Cuando hierve el caldo, echo el arroz. Suelo poner 2 puñados por persona o en este caso que hay 4 vasos de agua, pongo 1 vaso de arroz.  Da para dos raciones de plato único bastante contundentes. 

Ahora van las alcachofas: no las he puesto antes para que no se ablanden demasiado (no las uso congeladas sino de bote, listas para servir).

El arroz tarda unos 20 minutos, y conviene remover de vez en cuando. Yo tengo vitrocerámica y cuando los granos de arroz están blandos por fuera pero aún un poco duros por el centro, apago el fuego y lo dejo reposar con el calor que queda. Con caldo de brik se espesa mucho, ¡ojo! 

¡Ya está! Facilísimo y resultón.

Si se espesa mucho podemos añadir más agua o caldo. En caso de añadir agua, probarlo por si falta sal.  

Se le puede añadir una pizca de nuez moscada o de canela, con cuidado de no pasarse ya que dan bastante sabor.

Conservar en la nevera separando arroz y caldo. Si me quedo sin caldo, es fácil añadir agua y cubitos para hacer más. 
Se congela (por separado) estupendamente.

Servir calentito y como opción, se le puede echar un chorrito de limón.

¿Qué tal ha salido? 


Cocino a ojo porque no tengo paciencia ni tiempo

Soy autónoma. No tengo tiempo. Y aunque lo tuviera, no quiero pasarme mil horas en la cocina. Pero me gusta comer bien y alimentar bien a los míos aprovechando todo lo que me ayude a ganar tiempo, para preparar platos sencillos, de diario, y comer bien sin que me dé pereza ponerme de cara al fogón.

Aprendí a apañarme con los fogones viendo a mi madre cocinar "a ojo". Aunque era una cocinera fuera de serie y tenía miles de libros de cocina del mundo (que ahora tengo yo), en el día a día no se paraba a consultar ninguna receta. Lo que tenía ya interiorizado lo variaba, lo adaptaba a lo que tuviera en la nevera, y sacaba unos platos sencillos y perfectos para comer bien a diario aprovechando el tiempo. Quiero reivindicar el saber hacer de las madres ocupadas, ahora que está tan de moda la cocina sofisticada. El dar de comer a la familia sin tonterías y sin dedicarle las horas muertas. Para platos sofisticados, el fin de semana o el restaurante.

Cualquier cocinero me querrá matar, porque no mido las cantidades sino que lo echo todo a ojo en la cazuela, no hiervo las legumbres sino que las compro en conserva, uso cubitos de caldo industrial, tomate frito de bote, etc. En resumen, para el día a día no me complico. Pero aprovecho lo que tengo en la cocina, ahorro tiempo y no me paso la mañana en la cocina para luego comer en 15 minutos, que es el rato que tengo de lunes a viernes. Así, cocinar no supone un agobio añadido al ritmo de vida ya de por sí acelerado que casi todos llevamos y los autónomos como yo, más.

"A ojo" significa que no quiero saber nada de gramos ni de onzas, ni de decilitros. Prefiero hablar de pizcas, de puñados y de chorritos... Prefiero probarlo todo e ir rectificando. Lo más curioso es que todo me sale con el mismo sabor que a mi madre... ¡cocinando a ojo! Que alguien me lo explique.

En fin, recapitulando: que no tengo tiempo ni paciencia y si he de andar midiendo, me da pereza y acabo haciéndome un bocadillo de atún. Por lo tanto, iré compartiendo recetas de elaboración fácil, sin pretensiones, ni elegantes ni glamurosas, porque son para comer en casa de lunes a viernes, sin complicarse pero para comer bien.

Espero que os gusten.